A Costa da Morte

Estamos en el corazón de la Costa da Morte, un tramo de litoral donde se concentran un mayor número de naufragios a nivel mundial. O Camiño dos Faros es una ruta de naturaleza, de paisajes, de vida…pero también de historia y muerte.

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En el relato general de este viaje no hemos querido profundizar mucho en ello porque es ahora, en esta quinta etapa, cuando vamos a recorrer la costa que fue el origen de este macabro nombre. El alto volumen de tráfico marítimo, la gran cantidad de salientes de rocas y los imponentes temporales del invierno han provocado en esta costa entre Camelle y Vilán muchas tragedias.

Según el profesor Pepe Baña:
«Esta parte noroeste de la península es punto de recalada, lugar obligado de llegada y cambio de rumbo de todos los barcos que van o vienen del norte, por lo que, un pequeño error en el cálculo, una imprudente maniobra, un descuido o un fallo mecánico imprevisto (de motor, hélice, timón…) que coincida con los frecuentes temporales y cerrazones de niebla, producen el naufragio.»

La historia es la siguiente. A finales del siglo XIX se producen en un corto espacio de tiempo varios naufragios de barcos de la marina inglesa en la zona comprendida entre Arou y Vilán, con un gran número de victimas: el Wolfstrong (1870, Negra, 28 muertos), el Iris Hull (1883, Punta Boi, 37 muertos), el Serpent (1890, Punta Boi, 172 muertos), el Trinacria (1893, Baixos de Lucín, 31 Muertos) y el City of Agra (1897, Baixo Canesudo, 29 muertos).

Ante tanto horror, los marinos ingleses empiezan a usar el nombre de «coast of death», popularizado en 1908 por la escritora Annette Meakin, amiga de la Reina Victoria. A partir de entonces, por influencia de la prensa inglesa y madrileña, se le empezó a llamar Costa da Morte. Hasta hace muy poco, era la primera referencia escrita que se tenía. Sin embargo, en los últimos tiempos se encontró un ejemplar del diario coruñés Noroeste que en 1904 publica: «Tres buques náufragos en la costa de la muerte”.

1904 – Aparece la expresión La costa de la muerte en el diario Noroeste.
1907 – Hay un mapa con una cruz en el hundimiento del Serpent y el nombre de ‘coast of death’
1908 – Hay un texto de la escritora inglesa Annette Meakin que se refiere a esta zona como ‘coast of death’
1910 – Faustino Lastres nos dice en su poema a “e alá na costa d´a morte/ Érguese sobre os peñascos/ O villano sempre forte”.

Estos hechos también coinciden con una presión de las autoridades británicas para una mejora en la señalización, lo que provoca la inauguración del Faro Vilán en 1896.

Los trasnos creemos que esto es lo correcto en cuanto a las referencias escritas. Pero estamos seguros también que nuestros antepasados que convivían con este mar y los marineros que surcaban estas costas habrían puesto en su boca ese nombre desde tiempos inmemoriales.

Lo que está claro es que, una vez naufragado el barco, el pillaje era general. Algo muy normal teniendo en cuenta las necesidades en aquellas épocas de estas gentes del fin de la tierra. Pero lo que no es justa es esa leyenda infundada de raqueros que ponían luces en los cuernos de las vacas para simular luces y hacer naufragar los barcos que surcaban estas costas. Es infundada porque no se tienen datos fiables que lo corroboren y no es justa porque empaña la otra historia, la de las gentes de mar que, después de ver naufragar un barco desconocido, lo dieron todo para poder salvar el mayor número de vidas posibles.

En esta etapa entre Arou y Camariñas lo podrás comprobar por ti mismo. Una explosión de naturaleza que guarda en sus entrañas una historia de convivencia y lucha del hombre contra el mar. A Costa da Morte te espera…

Un paisaje en cada paso