Después de 180 kilómetros, los trasnos nos despertamos este 4 de Agosto con más ganas de andar que nunca. 70 trasniños venidos de muchos lugares de Galicia y de fuera de ella, con bastantes novatos en las filas 😉 empezamos a las 10 de la mañana a hacer los 21 kilómetros que nos separaban del Faro de Fisterra, final de este Camiño dos Faros.
Esta ruta se tiene que hacer para el oeste por muchas razones, como pueden ser ir siempre mirando el sol o porque tiene que acabar en el Faro Fisterra. Pero una de las más importantes es que la dificultad de la ruta va increscendo y las últimas 3 etapas ya requieren una mayor capacidad. El que haga el camino desde el principio, desde la salida en Malpica, va a ir mejorando su tono físico llegando a este final con la capacidad necesaria para afrontar los montes desde Muxía a Fisterra.
A las 10 de la mañana salimos de la Playa de Nemiña con marea baja. La marea le da a esta playa miles de aspectos diferentes a lo largo del día y los trasnos pudimos disfrutar de uno de ellos. Desde allí podemos contemplar lo que nos espera antes de llegar al mítico Finis Terrae: de izquierda a derecha las playas del Rostro, Arnela y el Cabo de la Nave, última punta antes del Cabo Finisterre.
Al final de la playa y sabiendo la dureza que nos quedaba, aprovechamos esa marea baja para descalzarnos, subirnos los pantalones y cruzar la Ría de Lires, ahorrándonos 4 kilómetros de etapa. Hay que tener en cuenta que esto sólo se puede hacer en las horas de menos marea en los meses de verano, en las otras estaciones es complicado.
La Ría de Lires se forma en la desembocadura del Río Castro en la playa de Nemiña, creando un habitat para un buen número de especies de aves, sobre todo, gaviotas y cormoranes, que encuentran comida fácil en los restos de la piscifactoría que allí existe.
Esta es la etapa de los acantilados y ya desde el principio. Una vez pasado Lires y subida la primera dificultad montañosa entramos en la costa acantilada que nos lleva por Punta Mexadoira hasta la Playa do Rostro. Varios acantilados que cruzamos sin peligro por el interior y que nos dejan impresionantes panorámicas de esta Costa da Morte.
Como siempre, O Camiño dos Faros es un paisaje en cada paso. Después de estas moles de piedra que caen en picado hacia el mar, bajamos al Rostro a ver una de las formaciones dunares más floridas de la Costa da Morte y recorrernos los 2 kilómetros de esta playa, donde el mar ruge sin parar.
Al llegar al final de la playa, adelantamos la parada que teníamos previsto un poco más arriba. Una trasniña muy especial que no podía acabar la etapa tenía preparadas unas cervecitas para despedirse de todos los trasnos y aprovechamos la parada para también hacer el primer avituallamiento del día.
Desde la playa del Rostro, O Camiño dos Faros nos lleva por unos escenarios que mezclan la belleza natural con la importancia histórica de esta Costa da Morte. Primero llegamos a Punta Castelo, panorámica de lujo y lugar donde embarrancó el buque Cason el 5 de diciembre de 1987. Y al final de esta costa acantilada llegamos al castro de Castromiñán, ejemplo de castro marítimo que atravesamos hasta su cumbre para poder contemplar otra panorámica aérea de toda esta costa y de lo siguiente que nos esperaba: la playa de Arnela y el cabo de la Nave.
Antes de llegar a él y ante la imposibilidad de unir el castro con la Playa de Arnela, O Camiño dos Faros se mete en el interior y recorre un tramo de asfalto, pasando por las aldeas de Castromiñán y de Denle, hasta llegar a Arnela.
Desde allí, recorremos todo el sendero que nos lleva a la punta y subimos al Cabo de la Nave por otro sendero que recorre los acantilados más espectaculares de este Camiño dos Faros, contemplados a vista de pájaro desde una ruta que requiere mucho esfuerzo pero realmente merece la pena. Al llegar al final hicimos una parada en las antenas del Cabo de la Nave para descansar un poco a la sombra, agruparnos y comentar lo que nos quedaba para el final de este camino: la última bajada, la última playa y el último monte antes de llegar al último faro en esta última etapa.
Arrancamos de nuevo camino de Mar de Fora viendo todos los acantilados de este Cabo de la Nave y de la parte Oeste del Monte Facho. La bajada a Mar de Fora es de vértigo y, al llegar a la playa, algunos aprovecharon para darse un baño y hicimos otra parada para disfrutar del día, agruparnos un poco y alimentarnos antes de la última subida camino del Faro de Fisterra.
Esta última subida es de categoría especial y es la traca final. Desde Mar de Fora y en contínua subida, llegamos a la parte oeste del Cabo, a partir de la cual comienza una subida dura, de mucha pendiente y con terreno pedregoso antes de ver las primeras vistas del Faro Fisterra, al que llegamos por un camino totalmente distinto al resto, O Camiño dos Faros.
Al llegar al faro, nos estaban esperando los que no pudieron acabar la etapa y otros trasnos que no habían podido venir pero que no se querían perder la llegada a este mítico Faro Fisterra, al que tanto trabajo nos había costado llegar.
Fotos y aplausos para cerrar este hermoso Camiño dos Faros que seguramente no olvidaremos en mucho tiempo. Una familia de trasnos con muchas ganas de conocer la Costa da Morte y que desde que empezó en Malpica fue creciendo en esta aventura.
Y una familia que tuvo su regalo a todo este esfuerzo con un hermoso concierto sorpresa de dos trasniños. Cecilia al chelo, acompañada por su padre Ramón a la guitarra, nos pusieron la piel de gallina con el mejor final a este Camiño dos Faros.
Después de realizado este camino, los trasnos tenemos clarísimo que el futuro de toda esta franja costera es conservar intacto lo que tiene. Atraer gente para sus poblaciones y aldeas pero dejando virgen el resto debiera ser el primer objetivo. Un turismo de naturaleza y responsable sería la consecuencia.
Nosotros tenemos claro que entre todos los trasnos hemos abierto un camino.
Abrazos trasniñ@s e adiante!