Llegamos a la Praia de Laxe, que se encuentra plenamente integrada en la villa, ocupando gran parte del litoral sur de la ría. Su kilómetro y medio de blanca y fina arena, a los que añade una amplia oferta de servicios y un estupendo paseo marítimo, la convierten en una playa perfecta para disfrutar de un día en familia.
En este lado de la playa por el que llegamos, y por la influencia de las mareas, a menudo se forman unas montañas altas de arena.
Llegar a la playa de Laxe en este final de la tercera etapa es otra de las sensaciones de esta ruta. Recorrerla despacio y descalzo por el borde del mar, sin prisas por llegar, haciendo disfrutar todos los sentidos…es un regalo que sólo te puede ofrecer O Camiño dos Faros.
En le medio de la playa baja un pequeño riachuelo que salvamos sin dificultad, con el agua por los tobillos…
…Déjate llevar…
…contempla la vida…
Por el final del arenal y con los pies bien frescos, accedemos a la Praza de Laxe, final de esta tercera etapa que tiene de todo.