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Enseada do Lago

Esta Enseada do Lago, orientada al Oeste y bien cerrada por las Insuas do Lago y Punta Queimada, ofrece un remanso de tranquilidad y un descanso a nuestras piernas antes de llegar a Niñóns.

Aquí finaliza el concello de Malpica y O Camiño dos Faros entra en el concello de Ponteceso, que lo recorreremos completo en la segunda etapa.

Un tramo para reflexionar como ha sido esta primera etapa de este Camiño dos Faros que tiene de todo y que es un fiel reflejo de lo que nos espera: variedad de paisajes y una ruta exigente en un entorno virgen que debemos conservar como está para el futuro. 

Costa de Nariga

O Camiño dos Faros, después de visitar Punta Nariga, va pegado como siempre al mar camino de la Enseada do Lago y Niñóns por un tramo de costa espectacular. Son pequeños acantilados que atravesamos por el medio, a través de una senda algo exigente…

… mientras contemplamos como el mar rompe en esta impresionante mole de piedra que es Punta Nariga.

Una sucesión de salientes como esta Pedra das Caniceiras, que recorremos con seguridad, en perfecta comunión con esta naturaleza salvaje.

Así llegamos a las Penas do Rubio, que tenemos que bajar por un camino irregular y de bastante pendiente…

… para alcanzar un sendero llano que nos acerca a la Enseada do Lago.

Faro de Punta Nariga

El entorno de Punta Nariga está lleno de magia. El fuerte viento reinante durante muchas épocas del año llevó a la instalación de un parque eólico en sus inmediaciones. Durante el recorrido veremos grandes rocas de las más variadas formas.

Al llegar al faro, vemos la construcción de César Portela, inaugurada en 1997, que simula la proa de un barco introduciéndose en el mar. Tiene una altura de 50 metros y un alcance de 22 millas. En el mascarón, la escultura Atlante realizada en bronce por Manolo Coia se convierte en el lugar perfecto para la foto.

Teniendo mucho cuidado podemos pasear por las rocas sobre las que se sitúa el faro y que presentan singulares esculturas debidas a la constante acción erosiva de agua y viento.

Es el primer faro que visitamos en nuestro camino y aquí nos damos cuenta el porqué del nombre de la ruta. Además de ser unos elementos imprescindibles en esta Costa da Morte, desde esta posición contemplamos a la derecha buena parte de lo recorrido en esta primera etapa y, mirando para la izquierda, vemos el comienzo de la siguiente. Eso es algo que nos va a acompañar en O Camiño dos Faros, las amplias panorámicas de lo recorrido y de lo que falta por recorrer.

Punta Nariga también es el lugar adecuado para hablaros de un grave problema medioambiental existente en este camino, y aquí es la primera vez que aparece. La planta invasora Carpobrotus Edulis (uña de gato), originaria de Sudáfrica, está acabando con la flora autóctona de la costa y la podéis ver en grandes manchas alrededor del faro.

Después del paseo alrededor del faro, hacemos la parada de avituallamiento antes de afrontar la última parte de la etapa que nos llevará hasta la Playa de Niñóns, con un par de complicaciones por lo que os recomendamos no hacerla nunca de noche. 

OJO – De aquí al final de etapa, la cobertura de teléfono móvil es nula, por lo que si queréis comunicaros con alguien (amigos, taxi) os recomendamos hacerlo antes

Panorámica 360º del Faro de Punta Nariga

Monte Nariga

A partir del Puerto de Barizo, comienza el tramo más difícil de esta etapa. Los 3 kilómetros que nos separan del Faro de Nariga nos llevan por un sendero costero espectacular, pero estrecho, irregular y con grandes pendientes, que comienza en el espigón del puerto, subiendo por unas rocas.

La subida es dura, por lo que os recomendamos hacer las paradas que sean necesarias, descansando en las rocas planas y admirando el paisaje espectacular de la Enseada de Barizo

El tipo de rocas de Punta Nariga no son como las que llevamos visto. Grandes formaciones de granito, moldeadas por el agua y el viento con las más variadas formas, salpican este recorrido costero.

Desde aquí la ruta se suaviza un poco en la zona de Punta Cabalo, antes de alcanzar la Punta de Ensubelas, donde el mar rompe con fuerza.

A partir de ahi, la última subida discurre por un sendero entre toxos y, a veces, gateando por las mismas rocas hasta llegar a la cima…

… desde donde ya vemos el faro de Punta Nariga y la costa de Niñóns y del Roncudo.

En el descenso nunca dejaremos de ver el faro, enmarcado de todas las formas posibles por las grandes rocas que cubren este Monte de Nariga.

 

 

 

 

Praia de Barizo

Este tramo por Barizo mezcla un poco de todo. Comienza en la Pedra das Garzas donde se pueden contemplar el mar cuando está enbravecido. Las olas rompen cerca de la orilla y el espectáculo está garantizado.

Desde allí se inicia el tramo de asfalto, desde donde vemos toda la Enseada de Barizo, con las Restingas de Co y la inmensidad del Monte Nariga, nuestro siguiente objetivo.

En esa recta están situados los únicos servicios hasta el final de la etapa, con una casa rural y varios restaurantes: As Garzas, galardonado con una estrella Michelín y la Casa Vasca donde podéis reponer fuerzas antes de afrontar la segunda parte de la etapa.

O Camiño dos Faros atraviesa la pequeña playa de Barizo en dirección a Punta Nariga. Frecuentada por las gentes del lugar no dispone de servicios. El camino continua al otro extremo de la playa,  donde hay una ducha y una fuente. Subiendo por el eucaliptal, llegamos a la carretera del puerto.

Al final de la ensenada, bajo la costa acantilada de Punta Nariga podemos ver el pequeño puerto con las embarcaciones locales, donde los pescadores aficionados intentan pescar algún calamar en las noches de verano.

El tramo finaliza al acabar las casetas del Puerto, junto al espigón, desde donde comienza el ascenso a Monte Nariga.

 

 

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De Seiruga a Barizo

En el Restaurante Seiruga comienza este tramo por la costa que bordea el monte da Insua camino de Barizo. Atravesando los chalets existentes llegamos a la playa de Seiruga pequeña.

A partir de ahí tomamos el sendero costero que nos acerca a la Punta Cherpa, siempre con las Sisargas al frente. Por momento parece que vamos a dar un salto y alcanzarlas.

Continuamos por la costa de Secova de Monte caminando sobre los acantilados…

… y así llegamos a la depuradora de Barizo, donde termina este tramo

Praia de Seiruga

El siguiente paisaje en este Camiño dos Faros es la playa de Seiruga, situada en un entorno de gran importancia natural en frente de las Islas Sisargas. El humedal del Xuncal do Martelo es elegido por patos, garzas o nutrias para anidar o descansar de sus viajes. Un gran entorno paisajístico tanto en pleamar como en bajamar, con una pequeña ría que es el sitio ideal para bañarse los más pequeños.

Al llegar a Seiruga nos encontramos una dificultad en el camino: hay que cruzar ese pequeño riachuelo. Aunque en marea baja es sencillo, si la marea esta alta puede complicarse un poco. Pero nada, hay que descalzarse, subirse el pantalón por encima de las rodillas, buscar el mejor sitio para pasar y… adiante!.

En los meses de más agua (enero-marzo) puede ir tan lleno que te cubra hasta el pecho. En ese caso, deberíais tomar el camino alternativo que sale de Beo.

Recordad tomaros vuestro tiempo para sacar las arenas de los pies y secaros bien. Aún queda mucha etapa, llevar los pies frescos es buena cosa pero el llevar arenas puede ser un problema.

Salimos de la playa por la pasarela de madera de las dunas y alcanzamos el restaurante, donde comienza el siguiente tramo.

Praia de Beo

La playa de Beo está situada en la parroquia del mismo nombre, muy resguardada del nordeste, tan presente en esta zona. La gente del lugar lo sabe y la visita en los meses de verano. Tiene un pequeño merendero con mesas y sillas de piedra. Allí vamos a hacer la primera parada de avituallamiento en esta etapa del Camiño dos Faros.

La playa esta rodeada de acantilados y merece la pena un paseo por ella.

Desde el merendero allí tenemos dos opciones para continuar O Camiño dos Faros: subir por las escaleras de madera cruzando la aldea de Beo o, si tenemos marea baja, atravesar el arenal hasta conectar al final de la playa con el camino.

Recorremos por un sendero cómodo este pequeño tramo de costa que tiene mucho que ver, siempre con las Sisargas al frente.

A la salida de la playa, encontramos un lavadero con una fuente y el pequeño Porto da Tella, un puerto natural encajonado entre estas rocas de Beo, desde el que seguimos nuestra ruta en dirección a Seiruga.

Más adelante bordeamos Punta Galiana pasando por los dos muros y el foso que defendían el Castro de Entretorres, uno de los pocos castros marítimos de la zona y totalmente sin estudiar. 

Así, llegamos a la Praia de Seiruga…

NOTA – Hay momentos de invierno en mareas altas que no existe la posibilidad de cruzar el Río de Seiruga. En estos casos, al llegar a Beo, tenemos que atravesar la aldea y llegar por la carretera a Seiruga.

O Canal das Sisargas

Desde San Adrián existen dos modos de llegar a Beo. Uno que va por las antenas y la parte de arriba del monte y el otro es un camino de pescadores que bordea toda la costa frente a las Islas Sisargas. Este último es por donde va nuestra ruta: O Camiño dos Faros siempre que puede va por beiramar.

El camino hasta Beo es espectacular y no es muy complicado, excepto en unos pequeños tramos donde la cercanía del acantilado puede darnos un poco de vértigo. El primer tramo nos lleva hasta el Cabo de San Adrián, el punto más al norte de toda la ruta (43º20’40» N). Allí, en la Pedra do Lobo, el mar de este canal de las Sisargas rompe con fuerza y la sensación de aventura ya la tenemos metida en el cuerpo.

O Camiño dos Faros va andando por el borde del mar para poder ver estos parajes que serían imposibles de ver de otra manera.

Así atravesamos el Coído de Fontán y la Punta do Castro para llegar al pequeño puerto natural de Laguixón.

Este hermoso tramo finaliza en la Playa de Beo.

Islas Sisargas

Las Islas Sisargas son un pequeño archipielago deshabitado situado a una milla escasa del Cabo de San Adrián en Malpica. Están formadas por las islas Grande, Chica y Malante además de varios islotes. Antiguamente estuvieron pobladas como lo demuestra la existencia de la ermita de Santa Mariña, destruida por los piratas en sus múltiples incursiones durante el S X.

Esta reserva natural posee una gran riqueza de flora y fauna, anidando en ellas varias especies de aves en peligro de extinción que eligen las islas para criar y tambien como etapa de paso en sus largas migraciones. Especies como el cormorán moñudo, la gaviota tridáctila y la gaviota oscura de las Sisargas y encuentran en los acantilados de la parte norte de la Isla un habitat perfecto.

Si tenemos la posibilidad de acercarnos a la isla y dar un paseo por ella no nos lo debemos de perder. No existe ninguna empresa que haga traslados por lo que la única posibilidad es que alguna embarcación de Malpica nos acerque.

Desembarcamos en el pequeño puerto natural. Podemos darnos un chapuzón en la única playa que existe y comenzar una caminata que nos llevará hasta el faro contemplando una vista impresionante de Malpica y San Adrián. Las gaviotas y cormoranes, auténticos dueños de las Sisargas, nos acompañarán mientras permanezcamos en la isla, protegiendo sus huevos y polluelos.

Llegamos al faro. Construido en 1919 ha sido testigo mudo y guía del paso durante años de las embarcaciones de pesca, mercantes y grandes petroleros que surcan este corredor marítimo. Hasta no hace mucho tiempo, el farero permanecía durante quince días seguidos en la soledad de la isla hasta que era relevado en su puesto. En las cercanías del faro, los grandes acantilados llegan hasta una altura de 100 metros. El graznido de las aves y el ruido del mar se mezclan en esta visión de vértigo del océano que se nos quedará grabada.

Abandonamos los acantilados para dirigirnos al bosque que ocupa buena parte de la zona alta de la Isla Grande. Este pequeño bosque sorprende por la gran cantidad de ‘arume’ acumulado en su suelo, que, el paso de los años y la ausencia del hombre, lo ha elevado varios metros, por lo que las copas de los pinos se encuentran a la altura de la cabeza.

Descendemos de nuevo hasta el muelle donde nos espera el barco que nos llevará a tierra despues de haber pasado unas horas que resultarán inolvidables