La atleta Maite Rojo ha cumplido su sueño de convertirse en ULTRATRASNA, llegando al Faro de Fisterra en 38 horas y 45 minutos, estableciendo un nuevo récord en el recorrido costero de 200 Km que une Malpica y Fisterra, en Galicia.
Nacida en Malpica en 1973, Maite es navegante, capitana de una profesión con la que recorrió medio mundo, ultrafondista y entrenadora. Lleva los últimos 6 años compitiendo en pruebas como:
- Sri Chinmoy 24 h (Auckland NZ) – Ganadora
- 24 h de ultrafondo de Barcelona – Ganadora
- Spartatlon Atenas-Esparta (247,5 km) – Novena
- Ultr’Ardeche Francia (222 Km) – Cuarta
Con la imprescindible ayuda de su hermano Diego en el avituallamiento y una decena de amigos corredores de la zona, que se fueron relevando para que no estuviese sola en ningún momento del trayecto, Maite salió de Malpica a las 3 de la mañana del día 23 de Agosto.
En su cabeza, alcanzar el Faro de Fisterra en menos de 48 horas.
LA HISTORIA EN PRIMERA PERSONA
Todavía intentando descansar y digiriendo la enorme experiencia de realizar un esfuerzo colosal, así empiezo a escribir esta crónica de la carrera.
Los nervios anteriores a un reto, siempre están a flor de piel, y llevaba diez días sin parar de hacer páginas de excel y diferentes listas de la compra para que no se me olvidara nada. A parte de conectar con los implicados en esta locura para que todos estuviesen informados y coordinados para el evento.
Llegaba el momento … el día anterior recibía a amigos en casa que venían a apoyar (Mateo, Joana y Jean Philippe) y sobre las 19:00 apago el teléfono móvil, que echa humo, para poder centrarme y descansar.
El plan era salir del puerto de Malpica a las 3 de la mañana del día 23 de Agosto. Ya de camino en el coche mi hermano me dice: “Has leído el grupo, no viene Quito porque tiene que trabajar.” En ese momento pensé que fallarían los planes y empezaría a correr yo sola de noche, pero entre todos arrimaron el hombro y tres corredores por turnos no dudaron en aparecer y venir a correr de madrugada.
Durante esta primera etapa fue Dani Rodriguez quien me acompañó. Con tranquilidad y buen ritmo pasamos la Praia de Seiruga a las cuatro y media.
El calor ya hizo presencia con 22 grados y bastante humedad, chorreaba de sudor, pero por suerte a mí el calor me va bien. Allí había unas fans que se habían levantado para animarme. Yo no podía entender como alguien quería venir a sacarse una foto conmigo en mitad de la noche. Pero allí estaban. Gracias 🙂
Fue una noche sorprendente en la Costa da Morte, corriendo en pantalones cortos y camiseta, viendo una tormenta eléctrica al fondo con rayos cayendo en el mar, además de ver conejos, pájaros, telarañas enormes que debieron tejer toda la noche, un topo y otros pequeños animales.
A las 5:45 (2h:45′ de reto) pasamos el Faro Nariga camino de Niñóns, donde finalizamos la primera etapa con un tiempo de 3 horas 30 minutos. Allí se incorporaron Angel de Corme y Pelé de Ponteceso.
Comenzabamos esta segunda etapa, con 20 minutos de adelanto sobre el horario que tenía previsto. Estaba amaneciendo y el calor seguía apretando. Este tramo que recorre la costa del Roncudo es complicado, en un continuo rompepiernas que había que salvar de la mejor manera posible. A las 6 horas y 10 minutos de carrera estaba pasando por el Faro Roncudo.
La verdad es que decidí salir de madrugada, porque estos dos primeros tramos eran los que mejor conocía, y hacer toda esa parte de noche, no me imponía para nada, era como estar de guardia, poco a poco y paso a paso.
La estrategia era tener el día siguiente y la noche para completar las siguientes 4 etapas, con más zonas planas y menos técnicas, sin menospreciar tener que pasar por arena de playa o piedras que ralentiza mucho.
Lo que me daba tiempo (al día siguiente jueves) para dos etapas más, ya de día y para mí las que consideraba más duras, además de venir con 150 kms en las piernas. Pero eso ya se vería.
Con avituallamientos cada 7 km (aunque al principio habíamos pensado cada 10 kms) debido a las altas temperaturas allí estaba Diego, mi hermano, esperándome con todo lo necesario en Balarés. Su labor de apoyo logístico y psicológico es fundamental para mi para afrontar el reto. Anteriormente había bromeado con él, para decirle que quería un gaitero si llegaba a Fisterra, así que a lo lejos ya noté que se escuchaba una gaita y fue una motivación enorme durante todo el reto, escucharla cuando estaba lejos ya me traía una sonrisa, sabiendo que ya estaba cerca con su apoyo y cariño.
Durante todo el día, se fueron acercando más y más gente a darme ánimos, en diferentes partes del recorrido.
Así llegábamos a Ponteceso, fin de la segunda etapa, con un crono que continuaba mejorando el mejor tiempo previsto.
Un grupo de “mis princesas Rett” estaba esperándome en el puente dando palmas y ánimos. Me hizo mucha ilusión.
La tercera etapa la corrí sola, por la Senda do Anllóns (donde un cámara me seguía y yo muy sorprendida de que fuera Tele5, una televisión nacional), un tramo más fácil y sombrío que me llevaba primero al Castro de Borneiro y después al Dólmen de Dombate. Aquí podía correr y así lo hice hasta volver a la costa de Cabana, donde el cambio de terreno y el sol, que a esas horas pegaba con fuerza, al quedarme sin agua y no llevar los palos, me hizo tener un bajón y empezar a sufrir unos cuantos kilómetros.
Al llegar a Praia de Rebordelo (Km 69 – 11 horas 25′) explicaba como me encontraba.
Me siento para hidratarme más durante un minuto y continuo la senda, ya después de reponer agua, comer y recoger de nuevo mis palos. Que serían la ayuda extra durante todo el reto, para poder distribuir la fuerza entre piernas y brazos, con más estabilidad en los lugares más complicados.
El sol continuaba pegando con fuerza y recorro la playa de Laxe, ante la mirada de los veraneantes, donde viene a buscarme uno de mis amigos Mateo para saber que tal estoy y hacemos un kilómetro juntos riendo.
Finalizo esta tercera etapa con 12 horas y 35 minutos, lo que suponía 40 minutos de adelanto sobre el horario previsto más optimista.
Y yo seguía sonriendo a los 73/74 kms, por las bromas de mi hermano, que me decía a ver si quería un bocata de chorizo, me reía porque los dos sabemos que soy vegetariana. Un nuevo avituallamiento, cambio de bebidas, medio plátano y a tirar millas.
En la preparación del reto tenía claro que apurar en los avituallamientos suponía al final mucho tiempo y así lo hicimos. Ya tenemos experiencia juntos como un buen motor engrasado, en el que casi sin hablar ya sabe lo que quiero, y cuando yo ya ni pienso, lo que necesito. Salvo casos excepcionales, no pasábamos de un par de minutos.
Comenzaba la cuarta etapa con calor pero con Santi Romay y Sergio de Jajo como acompañantes, las risas estaban aseguradas. Tres “malpicáns» llegábamos al Faro de Laxe y cambiábamos de panorámica, con todo el litoral de la etapa que nos llevaría hasta Arou.
Medio trotando y medio caminando a buen ritmo, les iba diciendo que los prefería enfrente como liebres, así no nos equivocábamos en el recorrido.
Después se sucedieron el Peñón do Castro, la Praia de Soesto y la Praia de Traba.
A las 15 horas y 49 minutos de carrera llegamos a Arou, kilómetro 91,7 y final de la cuarta etapa, donde fuimos recibidos al son de la gaita. El pueblo estaba en fiestas y nos tuvimos que juntar al final de todo de Arou, después de las pasarelas.
Allí tomaba el relevo Felipe Santos de Xaviña y casi no paramos. Tras el Porto de Santa Mariña y atravesar la Praia do Trece, el reto llegaba al Cementerio dos Ingleses, kilómetro 100 y mitad de este Camiño dos Faros, al que llegaba con un tiempo que ya empezaba a sorprenderme,17 horas y 30 minutos!
Poco antes de llegar mi reloj marcaba mitad de la carrera, Felipe y yo chocábamos los cinco por un buen trabajo y mi cabeza me decía 18+18 son 36 horas y con cuatro más por el cansancio puedo hacerlo en 40 horas, sacudo la cabeza como en los dibujos animados y pienso No puede ser!! No pienses!! …
En aquel momento hago mi avituallamiento, además de contestar las preguntas del publico curioso, para los videos de carrera…
Mi experiencia me dice que mitad de carrera es cuando te haces la pregunta del millón: Vas bien? Sorprendentemente la respuesta fue sí, porque ninguna tirada larga entrenando llegó a los 100 km por tanto muy contenta en ese momento.
De allí a Faro Vilán (Km 107.6 – 18h 48′) fue Trail y pista que continuamos con la misma estrategia, correr cuando se puede, caminar en cuestas para ahorrar fuerzas, pero de repente se metió la niebla y no veíamos el faro a lo lejos, tampoco llevábamos el frontal todavía, así que un poco de nervios para que no se escureciera, además me preocupé por Felipe para que tuviera más ropa encima, a lo que su moza Malena vino más adelante como un rayo para ayudarlo.
La parada en el faro fue tétrica, de pronto pasamos de los 30º que habíamos tenido todo el día, a estar dentro de una nube húmeda que bajó las temperaturas hasta aproximadamente unos 12º, con un agüilla flotando que mojaba como si lloviera. Al llegar al avituallamiento hubo cambio de ropa para adaptarse a este frío. Una caravana con las puertas abiertas y cenando, sorprendidos de todo el despliegue, me da muchos ánimos, aún con la boca abierta al saber del reto. Lo peor fue subir la rocas más altas después del faro, y la bajada en la que la niebla reflejaba en el frontal, ya que nos hacía ir despacio porque casi no veíamos.
Por suerte, un par de kilómetros después, la niebla desapareció y dio paso a una noche con contrastes de calor y frío, pero ya abrigados dentro de la ría.
Tras pasar la Virxe do Monte (donde también nos esperaba Malena y daba ánimos) habían pasado 20 horas y 30 minutos de mi salida de Malpica y llegaba a Camariñas (Km 115,5) finalizando así la quinta etapa, rodeada de amigos y de otros corredores.
Era casi la medianoche y Felipe Oza (que fue uno de los cuatro corredores que terminó también este reto hace años en un intento piloto para un Ultratrail) era mi acompañante para pasar esta larga sexta etapa y una de las claves de este reto: la segunda noche.
Este ultratrail tiene varios momentos clave: primero hay que llegar hasta la mitad de carrera, y después hasta aquí, con más de 120 kilómetros y casi 24 horas sin parar. Todo esto yo ya lo he experimentado en 5 ocasiones anteriores, pero no sabía lo que eran dos noches en carrera. Así que por eso decidí salir a las 3 de la madrugada y que psicológicamente no sean dos noches enteras, además de quitarme de cualquier excitante durante 10 días. Completamente limpia de cafeína, solo en la segunda noche empiezo a tomar café (bien cargado que mi hermano preparó antes de salir) y alguna coca-cola para refrescar la boca cuando el calor lo pedía.
Ya que tengo el azúcar en sangre muy bajo y la tensión muy baja, hay varios momentos en los que al parar de correr me voy al suelo porque me mareo. Pero me recupero rápidamente. Mi ángel me dice: Come! Bebe!
La noche fue tranquila. Los pasos por la Praia de Ariño (Km 123,3 – 21h 45′), Cereixo (Km 130 – 23h 15′), Praia de Lago (Km 136,9 – 24h 45′) y Muxía (Km 145.7 – 26 h 30′) nos hacen seguir con un ritmo continúo, aunque pienso que voy lento y que camino mucho pero todavía quedan los 50 kms más duros de carrera.
Aún no había amanecido y con el relevo de Felipe (del que me despido y doy mil gracias porque sin dormir se va directo a trabajar) por Quito arrancábamos para la séptima etapa y la alta montaña. Entre los Montes Cachelmo y Pedrouzo volvía a contar mis impresiones de esta segunda noche… Gracias a los trasnos que me siguen día y noche.
En mi cabeza era uno de los sitios difíciles, una subida brutal que me preocupaba, y ya está hecha, empieza el nuevo día.
Sin subestimar el recorrido pensaba, me quedan 48 km y tengo todo el día por delante para hacerlos, buff no me lo creo, pero sigo con mi mantra, no lo pienses mucho, aquí y ahora, pasito a pasito, km a km…
La pista de Monte Buitra (Km 155 – 28h 40′) era una pequeña tregua para las piernas y el amanecer sobre Muxía y el Vilán una alegría para los ojos. Respirábamos tranquilidad y mucho optimismo…
Tras ese pequeño relax había que subir el Monte Pedrouzo y, lo que es peor, algún bordeo por los acantilados y bajar la Ribeira de Viseo hasta la Praia de Moreira, con tramos de descenso que en muchos momentos llegan al 25% de pendiente. Esta bajada para mí larguísima y con tierra suelta, se me hizo dura, con unas piernas que ya acumulaban muchísimos kilómetros.
Llevar a mi lado, la mejor liebre “Quito” y con mi hermano esperándome hacía que no me preocupara demasiado y supongo que esto es lo que más sorprendía a todo el mundo, seguir sonriendo. Pero yo al aire libre, sea mar o tierra, siempre soy así.
Allí estabamos, en la Praia de Moreira, después de 161,7 kilómetros y 30 horas y 40 minutos sin parar. Sin duda el crono seguía siendo mucho mejor de lo que yo había previsto. Era un momento perfecto para desayunar, descansando lo mínimo imprescindible.
De camino a Touriñán, aún tenía fuerzas para ir trotando por tramos, en una mañana cubierta de nubes y una temperatura que no tenía nada que ver con el día anterior. Lo que me ayudó mucho a beber menos, menos paradas de servicio y menos bajadas de tensión.
A un kilómetro antes del faro, el aviso acústico de la gaita de Diego en el avituallamiento, y Quito que me pregunta, quién es el gaiteiro que te sigue? A lo que respondo: mi hermano por supuesto. Y le cuento la broma de tener un gaitero en Fisterra. Los dos reímos hasta que lo vemos subido a una piedra y luego nos sigue corriendo.
Tras pasar el Faro Touriñán (Km 167 – 32 horas), llegábamos al final de la penúltima etapa, en la Praia de Nemiña (Km 173,4 – 33 horas). El reto estaba, cada vez, más cerca, me acordaba cuando lo había hecho entrenando con mucho calor y lo duro que había sido, además de darme a mí misma un empujón mental “ has tenido meses de entrenamiento aquí, un largo camino, te lo has currado, ya no queda nada”
Para afrontar esta última etapa, además de Quito, se incorporaban mis dos amigos: desde Mallorca mi antiguo terapeuta y compañero corredor Mateo y desde Francia corredor y marino Jean-Phillipe, que no se quisieron perder el evento.
La llegada a Nemiña con todos esperándome, 7/8 personas me dió todavía más ánimos, aproveché para utilizar un servicio de la playa y no tener que agacharme mucho, aunque los cuádriceps todavía respondían y yo seguía con hablándome con mis frases positivas: has hecho las cosas bien, estabas preparada.
Pero aún quedaban kilómetros duros. Primero el paso por el interior de la ría hasta llegar a la Praia de Lires (Km 179 – 34h 06′) que pasé con nota, todavía trotando, para después afrontar los acantilados de Canosa, uno de los sitios viniendo con cansancio al que más miedo le tenía, con un terreno irregular y muy rompepiernas que nos acercaban al norte de la Praia do Rostro (Km 183,9 – 35h 05′).
Me acordaba de mi abuelo que siempre decía: al mar no se le debe tener miedo, se le tiene respeto, pues esto igual “aquí y ahora, solo el momento presente, vamos”
Los más de 2000 metros que mide la Praia do Rostro suponen el tramo de arena más largo de este camino y, que haya marea baja o alta, influirá y mucho en la dificultad. En este caso, con marea bajando, pudimos ir todo el recorrido por la arena mojada, aunque se me hizo largo y me dejó muy cansada.
Castromiñán y los acantilados de la Arnela son la antesala de la Praia de Arnela (Km 189.7 – 36h 32′). Mientras mis acompañantes paran a avituallarse, yo casi ni freno, veo mi objetivo claro y casi me apetece ir 5´ sola saboreándolo.
No quiero parar, las piernas van solas y no me puedo enfriar lo más mínimo: los acantilados de Cabo de la Nave son el último escollo serio de la ruta y los pasamos con nota, llegando a las antenas (Km 192.8) con 37h 20′.
Solo hay un momento en el que los corredores vamos a diferentes ritmos y yo solo intento enfocar toda mi energía en mi, incluso con respiraciones profundas para intentar calmarme, porque ese último tramo de acantilados se me hizo durísimo cada vez que tenía que levantar la pierna más de lo necesario, las rocas, la altura cuando ya vas tan cansada, las raíces, el terreno muy técnico y los pies que van cada vez arrastrándose más.
Pero allí tengo a mis chicos pendientes de mi a cada paso que doy y no puedo más que dar las gracias, aún cuando escribo estas líneas me emociono y me caen las lágrimas. Jean Philippe me dice en inglés: esto es todo porque te lo mereces, estamos aquí para ayudar y apoyar. Soy muy afortunada pienso!
Tras una breve parada, tocaba darlo ya todo, no había nada que guardar, cuesta abajo en una pista de cemento empiezo a correr con dolor de cuádriceps para entrar de nuevo en bosque.
Llego a la última bajada y se une una chica llamada Rosa, que me cuenta su historia y me hace no pensar en mis dolores, después en la bajada alguien grita : Maite Rojo y yo respondo sí te conozco? Una chica llamada Maricarmen gallega, residente en canarias me dice: que ilusión conocerte y me da un beso. Puedo venir un rato contigo? A la que respondo que por supuesto.
La última playa y el último monte me acercaban a mi destino: el Faro de Fisterra. Allí aparece Dani que no se quiso perder mi llegada y me grita desde lejos: que pasa? Tienes mucha prisa? Todos empezamos a reirnos.
Me relajé por completo, pasamos la playa bromeando y ya solo quería llegar, cuando llegamos a las pasarelas aún acelero y troto lo que puedo. Ultima cuesta arriba y bajada, ya estaba hecho, ellos aceleran para esperarme en el faro.
A mi llegada veo el precioso cartel de Camino dos faros 200 kms, con el faro de Finisterre al fondo y me echo a llorar de la emoción. Conseguí lo que muy pocos ni intentaron y me concedieron el título de ULTRATRASNA, como podéis ver en el video, me estaban esperando familiares y amigos que me dieron una emocionantísima ovación cuando toco la bota que simboliza el final de este Camiño dos Faros.
Entre turistas que no entendían nada y toda la gente que estaba involucrada en el reto y que acabó llorando de emoción.
No era para menos… lo había conseguido. Ni yo misma me lo creía los abrazé a todos y me fundí en un abrazo “agarimoso” con mi hermano sin el que no me hubiera planteado un reto así. Gracias a todos sois los mejores!!
Había parado el crono en 38 horas y 45 minutos!!!
200.2 Km
Desnivel: + 5549 / -5451 metros
270612 pasos
Perdonad que haya sido tan largo pero sin duda alguna ha sido mi reto más difícil y también el más bonito, con toda la preparación física, psicológica y de logística.
Además de revindicar el cuidado de la ruta por parte de las administraciones, durante varios puntos del trayecto y al final de la prueba el equipo quiso visibilizar a la Asociación de Princesa Rett, a todas las niñas con Síndrome de Rett y sus familias.
Gracias, gracias, gracias.
Maite Rojo
Ultrafondista y Entrenadora
EL BATALLON
QUITO PONTECESO
A verdade é que nos deixache sen calificativos 🙆♂️. Podería escribir unha biblia «deportiva», pero vou intentar escribir o que agora mesmo me ven á cabeza.
👉 Por un lado, a capacidade de esforzo, entereza e sufrimento.
Esforzo, non só no reto, senón en preparar o reto. Entereza porque saes dos baches máis reforzada. E sufrimento porque calquer persoa que escoitou falar da «tolemia de Maite» xa sufría con só escoitalo como para que non saibamos o que ías sufrir tí (ata a alma tivo que sufrir).
Só os detalles da carreira, as sensacións, as sabes tí, que espero que despois de descansar, os recollas nunhas palabras e o publiques para que poidamos imaxinalo 🖨️.
As distintas fotos 📸 que fomos facendo, podemos verte polos distintos estados que puideches pasar…
👉 Tamén me ven a cabeza o avituallador Diego. Se saben de ti na Fórmula 1, fíchante sen dubidalo. Imos poñerche o apodo de «o detallista». Parte da tolemia creo que tamén foi súa.
👉 E por outro lado, quédanme tamén os «acompañantes», os «corredores de emerxencia». Parte importante desta aventura. Non dubidáchedes en que queríamos formar parte da aventura.
Dani, Ángel , Pelé, Santy, Jajo, Felipe Xaviña, Felipe Oza, Quito, Jean-Phillipe e Mateu. Pero tamén todos os que se ofreceron durante estes días.
👉 E que me dicides dos seguidores e seguidoras no percorrido gracias tamén aos medios de comunicación. Sen descontar aos q seguían o reto polas RR.SS. Unha boa marea 😅
👉 E se chegache ata aquí, creo q tamén hai que dar as grazas a toda esa xente que forma, formou e formará parte do Camiño dos Faros. Sen eles, isto non sería posible.
▶️ E volvendo a Maite, a que liaches…
Ti non sabes o «volumen» que liaches e o valor que ten.
Fixeches un percorrido durísimo non stop, dándolle visibilidade ao Camiño dos Faros e as princesas Rett, batindo un record en horas e sendo muller de 50 anos.
Isto é espectacular. Isto, na semana na que estamos é unha reivindicación en toda regra
Ahhh, e podo presumir aínda mais de que es miña amiga 😊.
Grazas por meterme na «tolemia de Maite»
EL RETO REVIVIDO POR SUS PROTAGONISTAS
REACCIONES EN LOS MEDIOS
- Maite Rojo, un corredora romántica que pulveriza récords (Galicia Confidencial)
- Maite Rojo completa el Camiño dos Faros en menos de 39 horas (Revista Trail Run)
- La hazaña de la atleta Maite Rojo en Malpica: correr 200 kilómetros en 38 horas (Telecinco)
- Y Maite Rojo llegó a Fisterra…¡38 horas después de haber salido de Malpica! (La Voz de Galicia)
- Maite Rojo completa o desafío do Ultra Trail Camiño dos Faros cunha demostración de afouteza (Que Pasa na Costa)
- La gallega Maite Rojo completa los 203 km del Camiño dos Faros en menos de 39 horas, “no me puedo creer lo que he hecho” (Nius Diario)
- La gallega Maite Rojo logra completar el Camiño dos Faros corriendo en menos de 39 horas (Quincemil)
- Maite Rojo recorre O Camiño dos Faros de un tirón (21 Noticias)
- La malpicana Maite Rojo recorre el Camiño dos Faros de un tirón en casi 39 horas (Diario de Bergantiños)
- Maite Rojo: «Llevo 30 años navegando y corrí el Camiño dos Faros en solo día y medio» (La Voz de Galicia)