Camelle es un pequeño y bello puerto marinero que conserva en sus calles el encanto de antaño. Estamos entrando en el corazón de la Costa da Morte, uno de los tramos de costa con más naufragios a nivel mundial. Sus gentes, la mayoría dedicadas a la pesca, tienen la fama de ser gentes de mar que, arriesgando sus vidas, ayudaron en el salvamento de los muchos barcos naufragados en estas costas.
De uno de esos naufragios, el del buque inglés City of Agra naufragado en 1897, se conserva la campana en la iglesia del Espíritu Santo. Esta actitud heroica de los habitantes de Camelle y Arou en el rescate les llevó a ser condecorados por la corona inglesa.
En el año 1898 se instaló la Estación de Salvamentos Barbeito que, además de prestar auxilio, salvaba también las cargas y desguazaba los buques siniestrados. Debido que Camelle era el lugar a donde se dirigían los náufragos y se les prestaba las primeras atenciones, existían compañías de seguros, agentes de aduanas y cónsules de distintos países.
O Camiño dos Faros entra por la Praia de Camelle, que atravesamos para llegar al paseo marítimo. Allí podemos ver la actividad que tiene este pequeño puerto
En la entrada de la pequeña ensenada de Camelle había unos bajos que se llamaban A Pedra do Porto que, con la construcción del dique, fueron demolidos en el 2005. Allí, a principios del siglo XX, acabaron sus singladuras tres barcos.
Era una noche de niebla y de temporal la del 10 de febrero de 1904. El Yeoman, barco inglés recientemente construido en Liverpool y capitaneado por Mr. Willian Lang, realizaba la singladura Liverpool-Calcuta con 4.000 toneladas de carga general, 2.000 de sal y 1.500 de carbón. Ante la peligrosidad de la noche, los oficiales se turnaban de guardia en el puente, mientras que sus otros 80 tripulantes (67 indios) y 4 pasajeros dormían. A las 3 de la mañana se empotraba contra A Pedra do Porto.
En un momento el pánico se apoderó de la tripulación que no era capaz de atender las ordenes del capitán. Ocho de los indios se lanzaron en un bote al mar que, al par de horas, aparecía destrozado en la playa de Arnado, con cuatro de ellos cadáveres. El resto sobrevivieron gracias a la generosidad y arrojo de las gentes de Camelle que no dudaron en jugarse la vida para salvar a aquellos infelices de una muerte segura.
A los dos días del naufragio, parte de la mercancía empezó a llegar a las playas, y las gentes de la zona saltaban de una a otra roca en busca del genero.
A las 11 de la noche del 12 de enero de 1915 naufragaba en la misma Pedra do Porto el Natalia, barco español de 2000 Tm que se dirigía de Liverpool a Coruña y Vigo con carga general. Después de dejar parte de su carga en Coruña, navegaba entre la niebla cuando se fue a dar contra este bajo. Al siniestro acudieron las gentes de Camelle que pudieron salvar a todos sus 35 tripulantes. Al día siguiente, la marejada fue destrozando el barco, del que se pudo recuperar un enorme torno y una colección de telares. A lo largo de los días, fue apareciendo por toda la costa pacas de género, sacas de bacalao y sulfatos.
El 20 de agosto de 1934 el petrolero ruso Boris Sheboldaev, de 13000 Tm y equipado con la mejor tecnología de la época, se dirigía con los tanques vacíos de Leningrado a Batún. En el medio de una marejada y bajo la niebla, fue a dar contra A Pedra do Porto, no tardando más de media hora en partirse en dos y quedarse sin luz. A los gritos de auxilio llegaron los bravos marineros de Camelle que no lo tenían nada fácil. El barco estaba paralelo a tierra, encallado en aquella roca y bajo el empuje del mar que provocaba unas olas que barrían la cubierta. En medio de aquella infernal noche se consiguieron salvar a 28 de los 41 tripulantes. El resto, que permanecían junto al capitán en la proa, fueron salvados al día siguiente.
A pesar de ir vacío, este accidente provocó la primera marea negra de la Costa da Morte. Sobre la playa había una extensa capa de petróleo y durante todo un año no se pudieron consumir pescados ni mariscos. Como veis, Camelle y A Pedra do Porto tienen una historia cargada de naufragios.
En la punta del muelle nos encontraremos uno de los museos más curiosos de Galicia: un museo de piedras de las más diversas formas y colores que durante muchos años creó un personaje llegado desde Alemania y que se quedó cautivo de estas tierras: Man, el alemán de Camelle.