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MELGA (Museo Etnolúdico de Galicia)

Para finalizar esta etapa por Ponteceso recomendamos realizar otro día la visita a un curioso museo que no te dejará indiferente: el MELGA.

El Museo Etnolúdico de Galicia (MELGA) es una institución museológica de carácter permanente que tiene como misión fundamental a conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural gallego relacionado con el juego tradicional, con el deporte tradicional y con la historia del juguete. En él también se muestran objetos y piezas de grande interés, procedentes de España y de pueblos y regiones de la geografía mundial.

El MELGA es un espacio de compromiso con el pasado lúdico que sirve de instrumento didáctico para las presentes y futuras generaciones, en el que se organizan multitud de actividades y eventos anualmente.

Situado en plena naturaleza, en un edificio de arquitectura modernista, dispone aproximadamente de una superficie de 800 metros cuadrados de exposición, donde se exhiben más de cuatro mil piezas de la colección privada perteneciente a la Fundación Ricardo Pérez y Verdes. Cuenta además con un campo de juego de 1.000 metros cuadrados, así como con un amplio aparcamiento para visitantes.

El MELGA custodia las piezas de un coleccionista único: Ricardo Pérez y Verdes. Pontecesán de corazón, cedió por medio de su Fundación al Ayuntamiento de Ponteceso, todos los objetos relacionados con el juego y con el deporte que, desde hace más de treinta y cinco años, fue adquiriendo por todas las latitudes del globo en sus constantes viajes. Dinamizador incansable, organizados de exhibiciones y campeonatos, ameno conferenciante, profesor universitario de larga trayectoria investigadora, combativo jugador de pelota, escritor, entrenador internacional de voleibol y divulgador entusiasta, la vida de Ricardo Pérez y Verdes está vinculada para siempre jamás al juego y al deporte tradicional gallego. Su dedicación constante y su trabajo quedan hoy la disposición de todos los visitantes del MELGA

SALA 1

JUEGO TRADICIONAL GALLEGO
JUEGOS Y DEPORTES TRADICIONAL DE ESPAÑA
JUEGOS Y DEPORTES TRADICIONAL DEL MUNDO
DEPORTE TRADICIONAL GALLEGO

En esta sala, se muestran la mayoría de los juegos y deportes tradicional de Galicia, de otras comunidades autónomas españolas, una galería de campeones gallegos de estas modalidades, además de un apartado especial dedicado al mundo lúdico de nuestro insigne bardo Eduardo Pondal, creador de la letra del Himno Gallego, y, añadiremos algún expositor con los juegos más representativos de otras nacionalidades del mundo. Sala multifuncional en la que, dependiendo de las ocasiones, se realizarán al mismo tiempo, diferentes exposiciones, talleres, conferencias, conciertos musicales, etc. En las que los juegos y deportes tradicional sean la actividad principal.

SALA 2

PREHISTORIA, EDAD PRECLÁSICA, EDAD CLÁSICA, EDAD MEDIA, EDAD MODERNA, EDAD CONTEMPORÁNEA, EDAD POSTCONTEMPORÁNEA.

Se exponen en esta sala, cronológicamente, desde la prehistoria hasta nuestros días, la evolución histórica de los juegos y deportes a través de los tiempos y de las civilizaciones antiguas, destacando además los juegos y deportes actual, así como los Juegos Olímpicos antiguos y modernos, y, como en la sala anterior, una galería de campeones gallegos mundiales, olímpicos o paralímpicos.

Prehistoria

Edad antigua preclásica
– Los grandes imperios: Mesopotamia, Egipto, Persia.
– Los antiguos pueblos del Mediterraneo.
– Pueblos del continente asiático.
– Culturas de la América precolombina

Edad antigua clásica
– La antiga Grecia
– La sociedad etrusca
– Roma

Edad medieval
– El medievo occidental del alta a la baja edad media 476 D.C. 1443/92 D.C.

Edad moderna
– El Renacemento europeo
– El Barroco o antigo regimen
– La Ilustración

Edad contemporanea, la Revolución Industrial
– El siglo XIX y sus transformaciones sociaís
– El siglo XX

Edad postcontemporánea
– El siglo XXI

HORARIOS

Abierto:

  • Lunes a Viernes de 9.00 h a 13,00 h. (el último pase de los visitantes al museo será una hora antes del cierre del mismo.)
  • Sábados, domingos de 10.00 h a 13.00 h
  • Abrimos los sábados por la tarde de 16.00 a 19.00 h

Habrá visitas guiadas los sábados y domingos de 11,00 a 13,00 h. siempre y cuando el grupo como mínimo lo formen 20 personas, además de haber solicitado cita previa con 15 días de antelación.

Si no existiera el número solicitado, varias personas interesadas pueden reunirse y conformar dicho grupo. Apúntense en una lista de espera dejando su teléfono móvil y nosotros le comunicaremos si hay o no la visita guiada.

NOTA: Si una entidad, colegio, asociación, etc… estuvieran interesados en hacer la visita en días que el museo esté cerrado, los interesados deberán consultar a la administración del MELGA (al telefoneo: 981715442, fax: 981714591 o al e-mail: info@museomelga.com), si dicta fecha, podría ser modificada o adaptada a sus necesidades.

CONTACTO

Teléfono: 981715442
e-mail: info@museomelga.com

SITUACION

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Casa Natal Eduardo Pondal

En la desembocadura del Río Anllóns se encuentra el pazo donde nació Eduardo Pondal en 1835. Este poeta, coetáneo de Rosalía de Castro y Curros Enriquez, contó como nadie las bellezas de la tierra de Bergantiños. Junto a Manuel Murguía es un acérrimo defensor del pasado céltico de Galicia. Desde allí sale la ruta Pondaliana que llega hasta Monte Branco repasando toda la obra del bardo pontecesán.


Pondal era un poeta de la libertad, que ansiaba levantar un pueblo y se orienta hacia un pasado que él imaginaba libre e independiente. La poesía de Pondal propone renovar la historia. Como del pasado céltico no queda más que vagos vestigios, Pondal se esfuerza en adivinarlo, leyendo losgrandes autores y creando un mito fragmentario, distante de la historia, indeterminado, alrededor de dos arquetipos: el héroe y el bardo. Crea así un pasado de gran belleza y una fuerza de sugestión extraordinaria.

Pondal, poeta oficial del movimiento regionalista, encaminará su obra a la recuperación de la lengua y cultura gallegas y a la decidida defensa de la libertad de nuestro pueblo. Su obra, fundamentalmente épica, irá en la búsqueda de mitos autóctonos que llamen a la colectividad gallega para comprometerla con su futuro. Pondal también es un excelente cultivador de la poesía lírica, recreando los paisajes de la zona. (Fuente: Galipedia)

Una parte de su poema Queixume dos Pinos, apoyado por la música de Pascual Veiga, es la letra del himno galego y es el broche de oro a esta hermosa etapa que habíamos comenzado en Niñóns.

¿Qué din os rumorosos
na costa verdecente
ao raio transparente
do prácido luar?
¿Qué din as altas copas
de escuro arume arpado
co seu ben compasado
monótono fungar?

Do teu verdor cinguido
e de benignos astros
confín dos verdes castros
e valeroso chan,
non des a esquecemento
da inxuria o rudo encono;
desperta do teu sono
fogar de Breogán.

Ponte de Ponteceso

El puente en la desembocadura del Río Anllóns que da nombre al pueblo de Ponteceso fue construido en el siglo XIX sobre restos de uno antiguo.  

Es de sillería de granito y consta de cinco arcos, separando los concellos de Ponteceso y Cabana

Así acabamos una etapa que, por su dureza, mucha gente suele dividir en dos en Corme, pero que está llena de contrastes, donde nos damos cuenta otra vez de la gran cantidad y variedad de tesoros que tiene este camino… O Camiño dos Faros, un paisaje en cada paso.

Desde aquí hasta Muxía (7ª etapa) el camino se suaviza bastante.

Estuario do Río Anllóns

El final de la etapa nos lleva por el Estuario do Río Anllóns, importante ecosistema formado por Monte Branco, el complejo dunar y la Enseada da Insua con la desembocadura del río.

El paseo es una sucesión de sensaciones: después de pasar las dunas, caminamos por un sendero al lado del río. Este estuario es el hábitat escogido por multitud de aves, como el chorlitejo, el porrón moñudo o el ánade real para pasar largas temporadas. Os recomendamos hacer este tramo con prismáticos y podéis utilizar la caseta de observación allí instalada.

Al finalizar el sendero, nos desviamos a la derecha para, después de atravesar el xunqueiral…

… dirigirse por la pista de zahorra del Malecón do Couto en dirección a Ponteceso.

Este malecón separa las aguas del río de la marisma y evita que se inunde ésta, lo que pondría en peligro su propia existencia, así como todos sus hábitats.

Estamos llegando al final de la etapa, pero antes aún veremos la casa natal de Eduardo Pondal.

Monte Branco

Llevamos mucha etapa encima y aún nos quedan 5 kilómetros para acabarla en Ponteceso. Eso sí, para nuestro consuelo, es que son totalmente planos y que nos vamos a encontrar otro paisaje único y distinto del camino, donde la fina arena se convierte en la protagonista. Monte Branco es la atalaya que domina toda la zona.

 

Salimos de Valarés por la pasarela existente entre las dunas y tomamos el sendero que bordea toda la playa hasta llegar a la Punta de Cal Vaqueiro, desde la que vemos A Furna do Encanto.

Con vistas panorámicas sobre la ría llegamos a la altura de la Illa da Tiñosa, enfrente de la desembocadura del Río Anllóns, a la que se puede acceder andando sólo unos pocos días de mareas vivas al año.

La siguiente panorámica que nos encontramos es una de las top de este Camiño dos Faros.

El Río Anllóns desembocando y formando un meandro, que crea estas inmensas Dunas de Barra de arena finísima y continuamente moldeada por la acción del viento que mueve a su antojo los granos, dibujando un paisaje espectacular. Es el desierto del camino.

Los siguientes 600 metros del camino es una zona extremadamente sensible medioambientalmente.  Aunque es un camino de toda la vida que lleva a las playas, su uso se multiplicó durante los últimos años. De tu paso por él depende su conservación y el futuro de este tramo en el camino.

  • Caminaremos por el sendero de arena marcado, sin salirnos del camino ni bajar a las dunas ni pisar la vegetación
  • Al ser lugar de nidificación de varias aves, durante los meses de cría, entre marzo y julio, transitaremos con el máximo cuidado y silencio posible
  • Llevaremos a nuestros perros atados y a nuestro lado por el sendero de arena

Cuidar, señalizar, educar, divulgar y disfrutar con respeto es la base de todo.

Praia de Valarés

La playa de Valarés, situada en el interior de la ría a los pies de Monte Blanco es una de las más visitadas da Costa da Morte.

Al llegar abajo, la playa de Valarés se divide en dos pequeñas calas, Valarés Grande y Valarés Pequeña Durante mucho tiempo y hasta que se prohibió la acampada libre, lugar de estancia para familias enteras que pasaban aquí todo el verano. El cuidado pinar que rodea este arenal es el lugar perfecto para realizar una comida campestre y una parada en este Camiño dos Faros.

La historia de Valarés es también la historia de Titania S.A., una empresa minera gallega creada en 1936 y extinguida en los años 1960, y dedicada a la explotación del titanio en Valarés. La mina fue descubierta en 1935 por el geógrafo Isidro Parga Pondal, y en la empresa participaron los hermanos Fernández López, poderosos industriales de la época. Titania fue la excepción a la fiebre de wolframio de otras minas de la comarca.

titania


Esta mina supuso un gran apoyo económico a la vida de la comarca de Corme y Laxe en la dura posguerra española. Disponía de economato, buenos sueldos para la época y condiciones laborales dignas.

Hoy se conservan restos del puerto y malamente se pueden ver las piscinas donde se separaba el rutilio (óxido de titanio) de la arena de la playa. Además del titanio se intentó tratar el azufre traído de otras minas, pero dejaron de hacerlo porque a muchos trabajadores se le caía el pelo y le salían manchas en la piel. En poco tiempo, se acabó el filón del titanio y en 1960 se cerró.

Según contaba a El País (06/06/2010) Luís Giadás, historiador encargado de la documentación de Titania S.A:

«La mina acabó con el hambre en toda la ría de Corme y Laxe», asegura . Las fichas de beneficiarios del economato de la empresa y las entrevistas realizadas a 20 vecinos que participaron en la explotación de titanio son prácticamente la única información que queda hoy de la mina. En una economía herida por la Segunda Guerra Mundial, los usos del titanio despertaban sospechas hasta entre los empleados de la mina, que aún hoy no tienen muy claro a qué intereses servían. Unos creían que el mineral surtía la industria farmacéutica; otros, que se destinaba a un fin tan inocente como la fabricación del raspador de las cajas de cerillas. Alguno estaba convencido de que el titanio reforzaba las balas, igual que el volframio. «La mayor parte del mineral iba para el País Vasco, para Unquinosa, una empresa dirigida por alemanes», puntualiza Giadás, que no se atreve a precisar hasta qué punto Titania S.A satisfacía las necesidades de la guerra en Europa. «En esta mina es más interesante lo que se calla que lo que se dice», asegura.

En Valarés primero fueron los canteros, que construyeron un puerto escondido para el titanio y también para el contrabando. Las mujeres de O Couto, el lugar más cercano a Valarés, aprendieron entonces a amasar cemento para ayudar a los hombres en la construcción. Cuando empezó a explotarse la mina, fueron también ellas las que se encargaron de transportar sobre la cabeza las bacías con el preciado mineral, siempre mezclado con la arena que dejaba la bajamar. Cobraban menos -la media en los años 40 era de 15 pesetas por jornada- pero al igual que los hombres estaban aseguradas desde el primer día y se les reconocían las horas extra. «Titania S.A era una empresa muy moderna para la época. Cuando se acabó el filón en los años 60, el lugar discreto de Valarés fue recuperado para el contrabando de tabaco. «La playa es difícilmente visible desde cualquier punto», explica Giadás.

El economato de Titania S.A, que vendía alimentos básicos a los empleados a un precio menor que el del mercado, alivió la dureza de los años de racionamiento. Los excedentes de harina o aceite eran revendidos para comprar zapatos y todavía hoy algún vecino cobra la pensión por sus años en la mina. «En una economía agromarinera, la mina fue el primer contacto con el sector secundario para muchos jóvenes», razona Giadás. La mayoría de los trabajadores aguantaba poco tiempo, porque los sueldos en Valarés, aunque buenos para la época, no se podían comparar con los de las fábricas francesas o alemanas de los años 60.

Salimos de Valarés por el bosque y el parking de las dunas con otra historia aprendida en este Camiño dos Faros que no deja de sorprender.


Monte da Facha

Continuamos la senda costera por este tramo que nos va a llevar de la Praia de Río Covo a la de Valarés en este Monte da Facha, balcón privilegiado sobre la Ría de Corme y Laxe. Salimos de Río Covo por un sendero a media ladera, estrecho e irregular, que nos lleva hasta la Punta do Canteiro.

Desde allí comienza la ascensión de este tramo, cortísima pero exigente (70 m, 22,7%), que nos lleva hasta A Parede.

Comos siempre en este Camiño dos Faros, todas las subidas tienen recompensa y, al llegar a A Parede podemos disfrutar de una maravillosa panorámica desde el balcón que forma esta enorme roca.

La parada es obligada. A la derecha, Corme, enfrente Laxe y la costa de Camariñas hasta Monte Branco, ecuador de este Camiño dos Faros. A la izquierda, Cabana y la desembocadura del Río Anllóns… todo el camino que nos espera… Espectáculo es poco!

A partir de aquí, iniciamos el sendero que nos lleva a la Praia de Valarés, a la que llegamos por la araña de hierro que está en la punta del muelle.

De Santa Mariña a Barda

En las casetas del Porto de Santa Mariña comienza este tramo que nos llevará hasta la Praia da Barda. En los primeros metros costeamos por detrás del puerto…

… hasta llegar a la cruz que nos indica que, unos metros más adelante, nos tenemos que meter a la izquierda, hacia el interior. Mucho ojo en este cruce ya que es imposible continuar por la costa.

Al meternos entre los montes de Monte Mean y la Arbosa, y con un poco de suerte, podemos ver la única manada de caballos salvajes que hay en este camino. Pegado a la roca, un pequeño y artesanal curro ayuda al dueño en sus cuidados. Es una pena que no existan más manadas por la costa, pero lo cierto es que es así.

Continuamos por el sendero encajonado entre montes hasta llegar a la carretera, que abandonamos a escasos 200 metros para ascender el monte da Arbosa.

Al llegar arriba O Camiño dos Faros nos vuelve a sorprender con un paisaje único y que sólo puedes ver si haces este camino. Un entorno completamente virgen que merece una parada en una de sus piedras sólo para admirar: la Enseada da Barda. 

Porto de Santa Mariña

La Punta de Santa Mariña es como una pequeña isla formando el saliente que cierra toda esta ensenada.

Allí se asientan las casetas del puerto, pequeñas construcciones que guardan los aparejos y otros útiles para la pesca artesanal de sus habitantes.

Nos paramos un poco para sacar unas fotos de Punta Nariga, que desde aquí aún parece mucho más peñasco, una inmensa restinga que se adentra en el mar.

Por detrás de las casetas, O Camiño dos Faros bordea toda la punta para ver la costa de la Barda y del Roncudo y, después, volver a la carretera a través de un prado, donde podemos ver la única manada de caballos de la ruta, antes de atravesar el monte que nos separa de la Praia da Barda.

De Niñóns al Porto de Santa Mariña

Esta segunda etapa del Camiño dos Faros comienza en la Playa de Niñóns, que atravesamos para tomar una senda que nos llevará por toda la costa camino del Puerto de Santa Mariña.

Pasear por la mañana por estas calas escondidas es otro de los lujos de este Camiño dos Faros. Después de unos metros de bosque llegamos a la Praia do Morro.

Una vez atravesada la Punta do Niño do Corvo, llegamos a la playa del mismo nombre. Debemos tener cuidado y no salirnos del sendero acercándonos a la costa, pues hay pequeños tramos que pueden ser peligrosos.

Si está el mar tranquilo, podemos ver las aguas de azul turquesa como se meten en estas pequeñas calas…

… formando un paisaje en cada paso.

Al final del tramo, el Puerto de Santa Mariña que alcanzamos en poco tiempo.