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Ría de Lires

La Ría de Lires es la más pequeña de Galicia y se forma en la desembocadura del Río Castro en la Praia de Nemiña.

Desde el puente comenzamos el cómodo paseo por este paraíso natural, entre las sombras de los árboles que crecen en sus orillas.

Al llegar a la piscifactoría, estos pequeños regatos  se juntan con el Río Castro, más caudaloso, para formar la ría.

Este entorno es el hábitat perfecto para un buen número de aves, sobre todo, gaviotas, cormoranes y garzas, que encuentran comida fácil entre los restos que vuelcan al mar, además de tener un entorno tranquilo y lejos de la presencia del hombre.

Entre los juncos, pegados a las rocas, en la orilla esperando los pequeños peces, cualquier rincón está lleno de vida en esta Ría de Lires…

Las mareas van modificando el paisaje totalmente dos veces al día, y cada vez que pasamos nuestras sensaciones son diferentes. Así llegamos a la Praia de Lires, un pequeño y tranquilo arenal que se forma en este lado de la ría. Fijaros si es pequeña que en la desembocadura se puede cruzar en verano en marea baja con el agua por los tobillos.

Todo el conjunto visto desde allí es una de las mejores panorámicas de este Camiño dos Faros: la Praia de Nemiña, con sus mil caras, la gran duna cubierta de vegetación y  toda la desembocadura, con esta orilla de Lires en primer plano, que va mudando también de un año a otro. Búscate tu rinconcito y llena los sentidos…

Llegados a este punto os vamos a contar un secreto. Queríamos guardarlo para unos pocos porque estas cosas ya se sabe, una vez que se conocen van perdiendo. Pero como sois buenos trasnos, ahí os va…

Allí, desde la terraza del Bar Playa, con un refresco y unas raciones riquísimas de tortilla o calamares que hace la familia de Pepe, podrás ver sino la mejor, una de las mejores puestas de sol de la Costa da Morte. Un mirador natural sobre Nemiña y todo el océano que no te deberías perder.

Si te coincide bien la marea y te sientes con fuerza, incluso te recomendamos cruzar la ría y acabar la anterior etapa aquí, viendo el anochecer.

Al final de la playa comienza el siguiente tamo que nos llevarán por los acantilados de Canosa.

Praias de Reira

Salimos del Cementerio dos Ingleses para recorrer este tramo que nos llevará en dos horas hasta el Faro Vilán. Después de rodear toda la Punta Boi, donde tuvo lugar el naufragio del Serpent, cogemos la pista de zahorra desde la que iremos viendo el nuevo paisaje, siempre con el faro presente que, poco a poco, se irá haciendo más grande.

Pasamos por la urbanización de Reira, las únicas casas que vemos en toda la etapa. Se hace muy raro que estén ahí, pero lo cierto es que están. Allí, en enero del 2014, tuvo lugar el último accidente de un gran barco en esta costa. La gabarra Prima (Moldavia, 105 metros) venía sin carga y remolcada haciendo la travesía entre Ucrania y Letonia, un trayecto corto por tierra pero muy grande por mar.

Problemas en el enganche obliga a dejarla a la deriva y encalla en las piedras enfrente de Reira. El mar estuvo trabajando todo el invierno y deshaciendo la gabarra hasta que, con el buen tiempo, una empresa de desguace consiguió ir extrayendo todas las planchas y retirar todo.  Sólo quedó el ancla que hoy podemos ver al lado del camino.

Praias de Reira es la zona comprendida entre Punta Boi y el Monte A Pedrosa, que está formada por cuatro arenales: Reira, Area Longa, Balea y Pedrosa. Son playas de arena fina, ventosas y de fuerte oleaje, con el encanto especial de un entorno prácticamente virgen.

Nosotros la recorreremos por un estrecho sendero que bordea todas las playas y que cogemos unos metros más adelante de la urbanización. Es un sendero estrecho que debemos respetar y no salirnos ya que seguimos encontrándonos en un entorno muy sensible medioambientalmente, con especies protegidas de flora cerca del sendero.

Tan pronto bajamos nos encontramos con la Pedra dos Namorados. Es difícil escaparse a la tentación de fotografiarla con el Cabo Vilán de fondo.

Atravesamos la Praia de Reira para llegar a Punta Forcados, donde se encuentra A Pedra do Oso. A alguien le gustó la piedra y se la llevó en el año 2002, estando desaparecida durante un tiempo. Al cabo de varios días apareció en una obra en Coruña, a la que la habían llevado unos operarios que les habían pedido buscar grandes piedras en la zona de Camariñas. Como llegaron fácil a ésta, la cargaron con la grúa y adelante. Cosas de la Costa da Morte, pero que nos hacen reflexionar lo vulnerable que es el patrimonio de todos.

Muy cerca, aunque fuera del camino, se encuentra también el conjunto etnográfico de Foxo dos Lobos, antiguo ingenio que las gentes del lugar utilizaban para atrapar a los lobos, muy presentes en estas sierras.

Continuamos por la Praia de Area Longa que podemos recorrer por el sendero o, dependiendo de como esté el día y la marea, descalzarnos para sentir el mar y las frías aguas del lugar.

La combinación de olas y viento también es utilizada por la gente conocedora de la zona para la práctica de windsurf o kitesurf. Aunque aquí el mar siempre es peligroso y no debemos dejarlo de tener en cuenta. 

Atravesaremos las playas de Balea y Pedrosa antes de subir por una ladera de Monte Pedrosa hasta retomar la pista de tierra.

En todo este trayecto el Faro Vilán está siempre presente y pronto lo alcanzaremos. 

Espectacular la costa de Reira que, añadido a los tramos anteriores, convierten esta etapa en imprescindible.

Senda do Anllóns

Esta senda recorre todo el espectacular entorno del Estuario do Río Anllóns con vistas sobre Monte Branco. Son 3,6 kilómetros desde O Curro hasta As Grelas, es totalmente accesible a todo el mundo y nos reafirma que O Camiño dos Faros es un paisaje en cada paso.

Esta zona es de gran riqueza y es el sustento tanto de las mariscadoras que buscan allí el berberecho como el de cientos de aves que buscan el descanso en sus migraciones, aprovechando la tranquilidad, la ausencia de depredadores y la buena alimentación que le ofrecen los pequeños invertebrados que pueblan este estuario.

Salimos de O Curro y llegamos a la Praia de Urixeira, al lado del pequeño observatorio, donde los trasnos nos encontramos con José Luis Rabuñal Patiño. Este ornitólogo es la voz más autorizada para hablar de este ecosistema, ya que lo lleva recorriendo desde los años 70, descubriendo en aquellos años que este estuario era la puerta de entrada a Europa de aves procedentes de Norteamérica.

Desde aquellos años hasta hoy ha pasado media vida contemplando sus migraciones con más de 4000 visitas documentadas. José Luis no sólo es una enciclopedia sino que sabe transmitir. Escucharle contar el vuelo de un minúsculo pájaro de 20 gramos que cruza el Atlántico recorriendo más de 10000 km sin parar, comer ni dormir es uno de los regalos que nos ofrece este Camiño dos Faros.

Continuamos la senda sin parar de maravillarnos en este entorno de naturaleza…

… y llegamos a la Praza do Pendón donde los niños del colegio de As Revoltas hicieron esta pequeño mural de cerámica como homenaje al pueblo de Japón y los afectados por el accidente nuclear de Fukushima. Es un poema de Kobo Daishi que contiene, sin repetición, todos los sonidos de la lengua japonesa y se usa en su aprendizaje

En la Praia do Pendón las aves se juntan con los mariscadores, los kayaks disfrutan de la desembocadura, todo en perfecta armonía…

Además de este entorno natural, la ruta nos lleva por alguna de las antiguas carpinterías de ribeira que aún perviven en la actualidad. Durante el Siglo XX eran muchos los barcos pesqueros y de cabotaje que salían de los astilleros de A Telleira. Son pequeños astilleros donde se construyen y se reparan los barcos de una manera totalmente artesanal, sobreviviendo en la actualidad tres de ellos (O Baladiño, O Tecelán e Roseva). Sin duda, uno de los tesoros etnográficos del municipio.

 

Así llegamos a la Praia de Lodeiro en As Grelas, final de esta Senda do Anllóns. Para ir al siguiente tramo, cruzamos la carretera por el paso de cebra y entramos en el Rego dos Muiños, cambiando radicalmente de paisaje otra vez.

O Camiño dos Faros va siempre que puede por el borde del mar, pero en esta etapa haremos 10 kilómetros por el interior porque vale mucho la pena. Ascenderemos a través de la Ruta do Rego dos Muíños a ver el Castro A Cibda y el Dolmen de Dombate, dos tesoros arqueológicos de A Costa da Morte, para acabar en el Castelo de Lourido, el mejor mirador sobre la Ría con sus 312 metros de altitud.

Faro Roncudo – Corme

Desde el Faro  comienza un tramo de casi 3 kilómetros de carretera con buen arcén que nos conduce hasta Corme.

Después del tute de etapa que llevamos este descanso físico y mental de no tener que estar atento a donde pisamos nos viene de perlas. 

O Camiño dos Faros se mete en la Ría de Corme-Laxe y todo cambia de nuevo, con unos paisajes más suaves que los que llevamos recorridos.

Después de poco más de media hora alcanzamos el Puerto de Corme, final de este tramo