Saliendo de Soesto llegamos a la Punta do Catasol, donde contemplamos las olas y vemos los últimos faros por los que hemos pasado, el del Roncudo al fondo y el de Laxe en primer plano.
En este tramo del Camiño dos Faros, el mar se empieza a poner bastante más serio, un espectáculo para los sentidos.
Continuamos por el sendero. Aunque hace mucho viento, tenemos sol y el camino hasta Traba nos lleva por una pista que nos deja relajar un poco las piernas, después del millón de piedras que llevamos en la ruta… ¡y las que nos quedan!
En el camino, entre los salientes, aparecen pequeñas calas como esta del Castrallón…
… y otras más grandes, como la playa de Arnado.
Enfrente tenemos varios peñascos, entre ellos el Illote de Ataín, testigo de varios naufragios y ya, en dirección a Traba, la Illa Teixoeira. Seguimos con viento fuerte del sur y un mar que da gusto mirarlo…
En el tramo que discurre por el antiguo camino de carros, nos encontramos con un ciclista. O Camiño dos Faros es una ruta de senderismo y es imposible hacerla en su totalidad en bici. Hay mucho caminito pequeño entre toxos, mucha roca, mucha subida… Pero hay muchos otros tramos que sí se pueden hacer, como este.
Y así, casi sin darnos cuenta, llegamos a la Praia de Traba.