Ana (Vilagarcía): «Es indescriptible volver a Malpica después de casi un año y que te reciban con un montón de sonrisas y un «Outra vez aquí?» o «Repetimos non?»… Por supuesto que sí, no se puede pisar A Costa da Morte y no volver… siempre quieres volver… Sobre todo cuando ya te sientes parte de ella y cuando la echas tanto de menos que cuentas los días que quedan para regresar… Esto es un regalo de «O Camiño dos Faros» y de la gente increíble que lo lleva a cabo… Cuando preguntan qué es lo que no me gustó me cuesta responder… Probablemente lo que no me gusta es cuando se acaba y tengo que volver al mundo real!!! Muchas gracias a tod@s!!! Encantada de estar de nuevo con las botas puestas!!! Un abrazo a todos y hasta pronto!!!»
Después de leer esto… ¿a alguien le queda alguna duda de por qué hacemos esto? Tenemos muchos kilos de felicidad de mucha gente encima y eso nos hace más felices que cualquier cosa «de este mundo real». Estamos enseñando y poniendo en valor nuestra tierra, generamos riqueza sostenible y aportamos kilos de felicidad a una sociedad muy necesitada de ella. Y, por encima, lo pasamos pipa ¿alguien puede pedir más?