Sábado, 10 de junio
Trece trasniños de Portonovo, sus papás y la profe Vero salen de Portonovo, en un autobús, a las nueve de la mañana. Nos espera un gran día y muuuuuuuchas pruebas que superar.
Primer reto para los trece trasniños: conocer a nuestros cinco Superayudantes (Dani, Carlos, Pablo, Pi y Yosy) que nos llevarán hasta el inicio de nuestro juego: la Playa de Trece.
El viaje en el autobús era un hervidero de emociones… ¿Conseguirían ver a Traski? ¿Qué tendrían que hacer? Iban preparadísimos: sabían que tocaría caminar, explorar, preguntar, ver el paisaje y, sobre todo, disfrutar.
Podría recrearme contando cómo creo que vivieron tal aventura pero de nuevo pienso que una imagen vale más que mil palabras. Sólo diré que en esta ocasión sí pudimos caminar desde la Playa de Trece hasta el Faro de Cabo Vilán, donde Cristina, bendita trasna farera, nos esperaba… Y para los que dudéis de si los niños de 6 ó 7 años aguantan… ¡vaya si aguantan! Quizás deberíamos pensar si los adultos estamos a la altura de tal tarea…
Lo primero que hay que hacer antes de emprender una aventura es llevar la tripa bien preparada así que la Playa nos ofrecía el mejor lugar para tal tarea. Encontramos la primera pista en la playa, daba información sobre el Monte Blanco y la Playa de Trece. Ubicamos el Monte Blanco, una buena prueba de orientación para pequeños y mayores.
Y cuando nos disponíamos a avanzar a ver qué nos encontrábamos por el camino, apareció la segunda prueba… ¡Una torre humana! Esa sí que les gustó. Colaborar entre pequeños y mayores une, divierte y enseña.
A partir de entonces todo fue muy fácil.
Los trasniños ya sabían que deberían encontrar marcas verdes y que las pisadas, para ser las de Traski, deberían tener cuatro dedos o no serían las buenas… Los niños nos iban guiando.
El siguiente punto de prueba fue el Cementerio de los Ingleses. Allí pudieron saber algo más del Serpent, de otros naufragios y de la vida de las gentes del lugar. Nuestros Superayudantes nos contaron la historia. Todos estaban atentos y un poco impresionados por el significado del lugar.
Y así iba avanzando el día. Ellos encontrando pruebas, llevándolas a cabo, buscando marcas, siguiendo un camino hecho por Traski y sus trasnos. Todos muy atentos, sobre todo, a un detalle: ¿Dónde está Traski?
En algunas pruebas los trasniños eran los protagonistas…
… y, en otras, los ejecutores.
A veces los planes no salen como deberían. Es importante observar si todo está yendo como debiera y, estas imágenes, demostraban que sí. No hubo que tomar medida diferente alguna.
Y así unas pistas nos llevaban a otras, a conocer a Pedra dos Namorados, a Pedra do Oso, a ver el ancla del naufragio del Prima, de hace sólo tres años, a comer en la playa de la Pedrosa, a subir el monte Pedrosa, a ver los gigantes e impresionantes eólicos vecinos de Faro Vilán…
Llegamos a Cabo Vilán, al Faro. ¡Bien! Ya todos habían encontrado su prueba (a veces con ayuda de otros, claro) y la habían ejecutado. No lo dijimos antes pero nuestros Superayudantes, en este caso Pi, era el elegido por Traski para que les diese una pieza de un mapa cada vez que conseguían superar una prueba. En Cabo Vilán había que montar el mapa a ver qué pasaba allí…
Tuvimos la gran suerte de que Cristina, la farera, a la que ya conocíamos de clase, nos contó datos muy interesantes sobre el faro, el facho y la vida allí. También ella fue una ayuda ya que el mapa era un poco difícil de resolver…
En este punto de la aventura y ya casi tocando su fin, algunos trasniños creían que Pi era Traski porque llevaba muchos símbolos suyos. Otros, que era Pablo, porque era increíblemente rápido. Algunos apuntaban a Dani porque de repente estaba y, de repente, no estaba. Y Carlos era muy posible porque grababa todo como si quisiera dejar todo registrado… Yosy no podía ser porque era el hermano de la profe y eso lo dejaba fuera de juego.
Se impacientaban porque… habían llegado hasta Cabo Vilán, habían resuelto las pruebas, habían estado muy atentos pero… ¿Y ahora qué?
Ya los Superayudantes y Cristina tenían todo bajo control… sólo hubo que guiarlos…
El merecido premio a tan buen día era todo ese conjunto de emociones que se llevaban ya para siempre dentro de ellos. Pero si lo aderezamos con unos gorros mágicos, unos carnés de trasniños y una camiseta de Traski, ¡insuperable!
Pero claro que a estos trasniños se les ha pegado un poquito de la magia y el agradecimiento de Traski así que tuvimos que corresponder a los Superayudantes con nuestro premio por su ayuda y amabilidad. Nuestra gratitud para todos ellos tenía forma de libro. Unas cartas de agradecimiento, unos dibujos y todo el cariño de los pequeños se guarda en esa pequeñita libreta de vida que, a partir de ese entonces, vive con los trasnos.
Así terminaba una aventura llena de emociones, nervios, felicidad…
Relatando lo vivido no puedo más que volver a emocionarme porque O Camiño dos Faros emociona. Y O Camiño dos Faros con los niños ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido en mi vida. Sólo quisiera que en su retina y en su corazón se queden las mismas imágenes y los mismos sentimientos que yo tengo allí guardados porque son bonitos, son dulces y ayudan al bienvivir.
Esta vez habla la profe y no los niños: GRACIAS, MUCHAS GRACIAS a Dani, Carlos, Pablo, Pi, Chano, mi gran hermano Yosy, Cristina (la farera), las mamás y los papás por toda la colaboración y buena disposición, a Traski, por existir, y a mis quince trasniños que hacen que salgan lágrimas dulces del alma cada vez que su imagen viene a mi mente.