La Praia de Lobeiras está situada en un entorno salvaje tanto por tierra como por mar. Una pequeña playa, varias lanchas y unas casetas que sirven de abrigo a los sufridos pescadores. A la derecha, vemos a Insua y enfrente, mar adentro, A Negra. Rocas y entrantes que han sido testigo mudo de muchos naufragios en estas costas de Arou.
Como cuando una mañana de noviembre de 1870 los vecinos de Arou se levantaron sobresaltados: había un barco destrozado en la Praia de Lobeiras. Al llegar allí, lo que vieron era terrible: los cadáveres yacían en la arena y no había signos de vida por ningún lado. 28 tripulantes fallecidos en el Wolfstrong y muy poca información de este naufragio que no hizo otra cosa que acrecentar el misterio de esta Costa da Morte.
Años más tarde, en 1897, naufragaba muy cerca de Lobeiras el City of Agra, que había partido el 29 de enero de Liverpool con destino a Calcuta. Era un barco moderno, capitaneado por William Frame, con 71 tripulantes abordo (ingleses e indios) y dos pasajeros, uno de ellos Mr. Arthur Ernest Jamrach, importante contratista de fieras nieto de Charles Jamrach, que iba a la India en busca de algunos ejemplares que llevarse a Londres. A 35 millas de A Coruña perdieron el rumbo y, en medio del temporal, a medianoche del 3 de Febrero de 1897, fueron a caer en los Baixos Canesudos cerca de Lobeiras.
El choque fue terrible y el barco se partió en dos. El pánico se apoderó de la tripulación, dificultando el salvamento. Algunos se asieron a uno de los palos que se desplomó sobre el resto. En uno de los botes embarcaron los dos pasajeros, una camarera y varios oficiales pero era imposible, grandes olas destrozaron la embarcación y cada uno tuvo que apañárselas como pudo.
Con la ayuda de las gentes de Camelle y Arou, que no dudaron en jugarse la vida, pudieron salvarse 32 personas, que fueron colmados de atenciones y, posteriormente, conducidos para Coruña. Pero la tragedia ya se había consumado: 29 vidas que habían encontrado su final en esta costa que no perdona errores. En agradecimiento por el arrojo mostrado, la Corona Inglesa otorgó diversas condecoraciones y medallas ‘for gallantry and humanity’ a los que participaron en el salvamento. La campana del barco fue regalada a la iglesia del Espíritu Santo de Camelle.
Salimos de la playa en dirección a Santa Mariña, mirando para estas rocas de Lobeiras y pensando en todas las historias que nos podrían contar.
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