Os trasnos da Costa da Morte

Era una noche más pero ninguno de los trasnos que estábamos allí ibamos a olvidar nunca las palabras de Xiña. Mirando al mar de las Islas Sisargas y disfrutando con todos los sentidos desde una de las terrazas de Malpica, dijo:

– ¿Y nosotros no podríamos unir andando Malpica con Fisterra por el borde del mar?

Nos miramos entre nosotros cinco segundos. Una mezcla de sorpresa, incredulidad y extrañeza para decir al unísono: – ¡Estaría guay!

– ¿Y si usamos nuestra magia para mostrarles el camino a la gente y convertirlos en trasnos para que vivan la aventura con nosotros?

– También!. Adiante! Va a ser divertido…

Desde aquel momento, nuestro único objetivo es que O Camiño dos Faros exista, que lo haga mucha gente y que se conviertan en trasnos para disfrutarlo con el máximo respeto a la naturaleza.

A Xiña le gusta mucho el mar y es muy buena surfera. Ella quería empezar la ruta en una de sus playas favoritas, la playa de Razo, paraíso del surf en esta costa. Pero le dijimos que la ruta de los faros tenía que empezar en un faro y en Razo no lo había. Estuvo unos días algo enfadada, pero con la primera ola que cogió en Malpica ya se le pasó todo 😉

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A Nemiño le gusta rular, siempre quiere andar de un lado a otro. Sube las montañas, nada mar adentro… Nemiño no para quieto y recorre todos los caminos da Costa da Morte. También le gusta mucho la piedra, toda la piedra. Cuando encuentra cualquier cosa de piedra se queda como alucinado y nos empieza a contar desde cuando esa piedra está ahí, lo que significa… y nos da un poco el rollo.

Nemiño nació en Monte Neme una noche de San Juan hace muchos miles de años y, cada vez que pasamos por allí, disfruta mucho de los recuerdos.

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Tonelo es el que nos aguanta a todos. El trasno paciente siempre está donde tiene que estar y es el que saca las castañas del fuego cuando hacemos trasnadas de más.

De él no os puedo enseñar una foto porque no tiene ninguna. A los trasnos nunca nos habían sacado una foto pero claro, para salir en Internet, a Xiña y Nemiño les tuvieron que sacar unas de espalda sin que se enterasen… ¡estos trasnos!.

Un paisaje en cada paso