Faro Touriñán

Situado más al Oeste que el propio Finisterre, la zona de la Illa do Castelo es punto más occidental de la España peninsular, este enorme saliente en la costa de más de 2 km fue debidamente señalizado con la construcción de un faro en 1898, para guiar a las embarcaciones durante la travesía por estas peligrosas aguas. Empezamos nuestro recorrido bordeando todo el cabo por un pequeño sendero…

…que nos acerca a los acantilados de Gaivoteira, que veremos con mucho cuidado. Ya sabéis que pasa en estos sitios, con cuidado se pueden ver casi todos, sin cuidado no se debería ver ninguno. Ante todo, seguridad.

Continuamos nuestros pasos y ya a lo lejos vemos el faro.

El Faro Touriñán original no estaba previsto inicialmente pero, debido a los numerosos naufragios de finales del siglo XIX, se inauguró en 1898 aprovechando la óptica del viejo faro de Vilán. Situado a 50 metros sobre el nivel del mar y con una altura de 8 metros, está anexado a la vivienda de los fareros y alcanzaba las 10 millas, con una luz fija blanca producida por una lámpara de parafina. En 1918 se cambió por una de vapor de petróleo a presión, aumentando el alcance hasta las 20 millas.

El faro nuevo, construido en 1981, es una torre de hormigón de 11 metros de altura con una luz que alcanza las 23 millas, emitiendo 1 y 2 destellos cada 15 segundos. Un poco más delante, 400 metros por el Camiño dos Faros, a la altura de la Illa Herbeira está el punto más occidental de la España penínsular.

Nos sentamos en el césped que hay delante del edificio, en cuya fachada podemos ver como un curioso poema anónimo, dedicado a Dios y hecho con mucha paciencia, aún perdura en la pared. Desde las alturas, volvemos a tener una vista privilegiada de este Océano Atlántico.

A la derecha, allí abajo, vemos la imponente Laxe dos Buxeirados, una restinga que se adentra en el mar y que supone un peligro para la navegación marítima. Como en 1935, cuando el choque entre el barco alemán Madeleine Reig y el pesquero gallego Ocho Hermanos hizo que éste se partiese en dos, salvándose toda la tripulación. Otro naufragio más si no fuese porque el destino es muy caprichoso y, 22 años después, en 1957, el Madeleine Reig se hundía en el mismo lugar. Además, en las cercanías de Touriñán, en tiempos de la primera guerra mundial, los submarinos alemanes mandaron al fondo del mar a un buen número de barcos aliados.

Durante un mes al año, desde el equinoccio de la primavera alrededor del 22 de marzo hasta el 25 de abril, en Touriñán se pone el último sol de la Europa continental. En este vídeo lo explica con claridad el físico Jorge Mira.

Nos despedimos del faro tomando el estrecho sendero que bordea toda la costa, acordándonos otra vez de los versos del poeta muxián Gonzalo López Abente, que nos está acompañando toda esta etapa.

Da terra vixiante
centinela, desperto
de cote para ollar cara o deserto
líquido e pavoroso que ten diante;
índice oucidental forte e barudo,
dedo o mais longo da galega man;
soberbo promontorio, monte rudo:
CABO TOURIÑÁN!

Así llegamos a la Illa do Castelo (o Herbosa) y ahora sí que estamos caminando por el punto más occidental de este camino y de la España peninsular. A la isla sólo se accede por tierra en mareas muy vivas y tiene en su parte superior los restos de una pequeña torre o faro, que no se sabe muy bien su procedencia.

El tramo finaliza en el Coído de Touriñán, después de este recorrido de más de tres kilómetros alrededor del cabo, que pueden ser perfectamente una buena ruta circular.

Un paisaje en cada paso