Después de una etapa sin sombra y sin apenas fuentes, el Bar da Insua es el oasis de los trasnos. Este pequeño bar-tienda se fue transformando con el camino.
Desde aquellas paradas en las primeras ediciones…
… hasta hoy, fue creciendo a la par del camino. Los trasnos somos muy amigos de las cosas pequeñitas y muy pronto le cogimos cariño ahí todo chulo al lado del hórreo.
En su interior, conserva una colección de botellas antiguas, provenientes muchas de la gran cantidad de barcos que por aquí pasaran.
Un día le dijimos si nos lo dejaba pintar y allí le dejamos un mural de la gran Teresa Candal.
Lo dicho, la mejor parada antes de afrontar los últimos 4 kilómetros de este asombroso Camiño dos Faros.